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jueves, 25 de diciembre de 2008

Limpiar el cuarto de baño, una tarea para La Torre de Rudesindus

Hoy presentamos la penúltima de las ideas de tarea para lutines de La Torre de Rudesindus del concurso del blog Veinticinco, en este caso pertenece a Kike Gómez Cutillas. Os dejamos con la tarea sin más dilación...

Entre las muchas historias que se cuentan los lutines para amenizar sus ratos de ocio, destaca aquella que cuenta cómo una vez el amo (que a veces se dice que fue Rudesindus, y en otras versiones se dice que fue uno de sus antepasados) mandó limpiar su cuarto de baño a un lutín particularmente novato y olvidadizo. El buen lutín recogió los fragmentos de uña que el amo se había cortado de los pies, así como cada pelo que había quedado prendado en el cepillo, e igualmente hizo con los bastoncillos que utilizaba para limpiarse sus sabias orejas... (y según versiones, otras muchas cosas que podrían revolver el delicado estómago de los lutines).

Haciendo un ovillo con todo ello, lo dejó olvidado en un estante cualquiera, aunque desgraciadamente era el estante que se encuentra sobre el caldero mágico que crea vida. Se dice que el lutín fue tan torpe como para, dos días después de aquello, limpiar el estante y arrojar a la marmita aquella mezcolanza de restos orgánicos. sea como fuere, el caldero mágico pronto cumplió su misión y por cada fragmento apareció un Rudesindus completo en nada diferente al original (de hecho, tan parecido al original, que los lutines no pueden evitar cumplir sus órdenes), salvo por pequeños detalles...
a algunos de ellos les era imposible pronunciar alguna de las cinco vocales, otros sólo sabían andar hacia atrás, otros eran incapaces de pensar sino pronunciaban en voz alta sus pensamientos, algún otro necesitaba beber un vaso de agua cada cinco minutos, unos pocos no podían ver objetos de un color particular, y otros tantos tenían que estar tocando constantemente una pared para no caer al suelo. En realidad, se sabe que cada lutín ha ido añadiendo alguna rareza cada vez que ha contado la historia, por lo que los falsos Rudesindus forman una troupe muy especial, si debemos creer a los lutines. El caso es que, como imaginarás, la entrada al servicio de Rudesindus de ese nuevo lutín tan despistado debería haber hecho saltar las alarmas del resto de lutines, pero no lo hizo.

Y ahora la historia se repite. Un indeterminado número de Rudesindus "defectuosos" se expande por toda la torre, y Rudesindus, encerrado en sus aposentos por asuntos privados, no tardará más de un par de horas en salir para dar la bienvenida a sus colegas magos que ha hecho venir de lejanas torres. Si ve la torre repleta de dobles suyos su enfado va a ser antológico, y ¿verdad que no queremos que Rudesindus se enfade?
Por fortuna, la historia del joven, novato y despistado lutín acabó bien, ya que contaba cómo se deshicieron de los dobles del amo: aquellos surgidos de uñas de los pies requerían que se les cortara una uña del pie, los formados gracias a los cabellos, se disolvían simplemente al arrancarles unos pelos, los formados a partir del cerumen, necesitaban una buena limpieza de oídos... y así con todo. Claro que esto es lo que dice esa extraña historia de los lutines, en realidad, algunos lutines sostienen que se quiso buscar un final feliz que nunca existió.

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