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viernes, 25 de marzo de 2011

Origen de Valsorth (I): Los años perdidos


El origen de Valsorth se sitúa en algún punto difuso de mi memoria, hará unos veinte años, cuando empecé a escribir sobre él. Un día, por alguna razón, me planté delante de mi antiguo PC 386, puse los dedos sobre las teclas, y nació Valsorth.

En aquella época, durante los primera cursos de instituto, era un fan absoluto de la obra de Tolkien (bueno, aún lo soy), leía libros de fantasía, jugaba partidas de rol con los amigos los fines de semana y soñaba y soñaba con mundos mágicos repletos de elfos, trolls y aventuras. A pesar de que ya había intentado escribir algo de fantasía cuando era poco más que un niño, como un librojuego estilo elige tu propia aventura o un torpe relato de unos refugiados que huyen de una mina, regresó de nuevo la necesidad de escribir mi propia historia sobre héroes, guerra y lucha contra la fatalidad. Se trataba de la historia de Bak, un joven de una de las ciudades de Bantheth, que despierta en la noche bajo el ataque de los dragones del Rey Dios y huye al norte junto a su amigo Drark, que sueña con ser caballero de Stumlad, y Kiraya, la vagabunda elfa. El primer capítulo “Fuego en la noche” es el primer documento que escribí sobre Valsorth, y en los siguientes capítulos se fueron desarrollando muchos de los elementos que luego formarían parte del mundo, como las Llanuras Grises y las caravanas de esclavos, o la aparición de los Arcanos. La historia, inconclusa como tantas otras, terminaba cuando los aventureros huían de unos trolls en una cueva abandonada, justo para acabar encontrándose con Galahena, uno de los Doce Arcanos que habían encerrado al Rey Dios en el pasado.

Esta primera historia sirvió para hacer un esbozo de Valsorth, dibujar el primer mapa del mundo (que ha permanecido casi inalterable desde entonces), así como marcar la historia principal. Otros aspectos sí que cambiaron a posteriori, como la cosmología de dioses que aparecía en esta novela, con dos dioses Baldas y Dargarot enfrentados en una guerra eterna que acabé rechazando más tarde. También aparecía un personaje llamado Tod Bolmarted, un miembro de la raza de los Helders, una especie de medianos que desaparecieron en los trabajos posteriores.

Después de aquella historia, pasaron algunos años hasta que volví a Valsorth. Esta vez se trató de otra novela corta, que escribí durante un verano en Barcelona. Era la historia del bárbaro Kal y la elfa mestiza Izana, dos aventureros que exploran una gran ruina en lo más profundo de las junglas de Uskan, donde acaban acorralados por un draco junto a dos grupos enfrentados de hombres y elfos. Esta novela, plagada de acción y muy influenciada por los antiguos cómics de Conan (Clavos rojos), sucedía también en Valsorth, aunque sin que se desarrollase demasiado el mundo, ya que toda la historia discurre en la selva y en el interior de la ciudad en ruinas. Lo que sí se manifiesta en este libro es la enemistad que hay entre elfos y hombres desde la caída del Rey Dios. Además, aparecen por primera vez los personajes de Kal e Izana, que más adelante protagonizan otras historias, aunque hay que tener en cuenta que esta aventura sucede cronológicamente después de la caída de Teshaner (sí, todo esto es un poco confuso).

Por desgracia, el archivo de esta historia sufrió el ataque de un virus que destruyó el disco duro de mi 386 y borró todos los archivos. Por suerte, tenía una versión impresa, que espero algún día poder transcribir de nuevo, aunque sólo sea como una rareza más.

Pasaron los años, y no fue hasta alrededor del año 2000 que regresé a Valsorth. La idea era simple; quería escribir una especie de western, la típica historia del fuerte que resiste el asedio de los indios, la lucha desesperada por sobrevivir ante un enemigo muy superior… vamos, la típica historia pero en un mundo de fantasía. Así nació “La caída de Teshaner”, donde el cazarecompensas Josuak y su amigo el gigante azul Gorm se ven envueltos en la batalla por proteger la ciudad de la invasión orka llegada desde el norte. Esta novela, que en su día se publicó por capítulos en la antigua revista online de Nosolorol, muestra gran cantidad de detalle de las sociedades humanas de Valsorth, desde el culto al dios Korth, la orden de caballeros de Stumlad, o las personalidades y luchas políticas entre los gobernantes de la ciudad. También, y gracias al personaje de Gorm, se explica algo sobre la sociedad de los gigantes azules, su religión y características. Entre los personajes que aparecen en la historia, destacan algunos como Izana, sí, la misma mestiza elfa que aparece en la anterior novela, o Pendrais, el capitán del destacamento de caballeros de Stumlad, que más adelante aparecerá en los librojuegos de Leyenda Élfica.

Esta novela, también inconclusa (la verdad es que soy lo peor), fue mi último intento de escribir una novela de fantasía clásica en el mundo de Valsorth. A pesar de lo primigenio de las historias, de lo más o menos influenciadas que puedan estar por El Señor de los Anillos, Dragonlance, u otras sagas archifamosas, guardo un gran recuerdo de cuando las escribí, además de que sentaron las bases de lo que vendría después. Pues sí, ya que unos años más tarde, volví a Valsorth, pero esta vez para escribir una serie de librojuegos. ¿A alguien le suenan unos libros llamados Leyenda Élfica?

3 comentarios:

Héctor Prieto dijo...

Siempre resulta interesante ver cómo surgieron las ideas que luego vemos reflejadas en los manuales, o las peripecias que el autor ha vivido para poder ver publicado, al final, su trabajo.

¡Muchas gracias por acercarnos esto y esperamos el capítulo siguiente! ^^

Pd: también esperamos el juego, pero ese es otro cantar. :P

Selenio dijo...

Coincido, muy interesante el recorrido creativo que nos muestras. A ver qué más nos depara tu historia.

¿Sale ya el juego?
¿Y ahora? XDD

Selenio.

Carlos de la Cruz dijo...

Es una historia bastante frecuente entre los roleros, la de tener un mundo de juego al que llevamos años dándole vueltas :)