:: TIENDA :: :: EDITORIAL :: :: BLOG :: 

lunes, 25 de abril de 2011

Nuestro paseo por Sevilla

Ir a Sevilla siempre es placentero, y más si es para acudir a unas jornadas de rol como las que organiza El Dirigible. Ahora que acabamos de regresar de los Encuentros Rúnicos no queríamos dejar pasar más el tiempo antes de comentaros lo bien que nos lo pasamos. Porque de eso se tratan las crónicas de jornadas, ¿No?

Es indudable resaltar que, para nosotros, éstas fueron las jornadas de Aquelarre. En los últimos años siempre habían invitado a alguien de los implicados en su desarrollo a que participara en una conferencia hablando de cómo iba el proyecto o las decisiones que se estaban tomando. Ésta vez fue una presentación por todo lo alto, con los autores (Ricard Ibáñez y Antonio Polo), el editor jefe de NSR (Manuel J. Sueiro) y el Responsable Editorial (Pedro J. Ramos). Y, claro está, con los libros en la mesa.


De hecho, dado que los envíos a los mecenas y los prepedidos ya se habían realizado cargamos todos los Aquelarre que podíamos llevar a Sevilla. Sabíamos que una ciudad que quería tanto a este juego lo trataría bien, pero no tan bien. Finalmente ningún ejemplar volvió con nosotros, todos se quedaron en manos de los roleros andaluces (bueno, y de otras partes) que esperamos que lo disfruten con salud.


Por otra parte, destacamos el cariño de los aficionados Sevillanos, y la oportunidad de charlar animadamente con otros autores y editores del mundillo, como la gente de Holocubierta y La Marca del Este. Desafortunadamente el tiempo nos jugó una mala pasada el domingo, que es cuando teníamos organizadas nuestras partidas, dando al traste con nuestras inteciones de jugar algo de rol ese día. Si es que la lluvia en Sevilla no siempre es una maravilla... en cualquier caso, el tiempo no impidió que lo pasáramos genial y que las jornadas se despidieran con un espectacular cañonazo (como lo oís, bueno afortunadamente no lo oís, que todavía nos pitan los oídos), dejándonos con ganas de repetir experiencia en 2012. Si los mayas lo permiten, claro.

No hay comentarios: