La noticia (Fuente: LA Times "LAPD on the hunt for serial killer") La policía ha iniciado una investigación a gran escala para dar con un asesino en serie que lleva operando desde los años ochenta en el sur de los ángeles. La última víctima es de comienzos del año pasado, pero hasta el momento la existencia del asesino se había mantenido en secreto con la esperanza de que este se mantuviera confiado y no cambiase su modus operandi.
En tus partidas:
Defendiendo el barrio: Un asesino semejante al de la citada noticia lleva dos décadas operando en Inglewood, zona que ha sido tradicionalmente territorio de bandas. Sus víctimas han sido en su mayoría mujeres afroamericanas del barrios, y en el barrio, se cree que si el psicópata lleva tanto tiempo en libertad se debe a que al LAPD le importa más bien poco que un pirado ande cargándose a unas cuantas "hermanas". Por todo ello, la banda de los jugadores decide que es resolver la situación y ganarse algo de respeto. Para ello tendrán que investigar y resolver las cosas al estilo de la calle: confiando en el testimonio de la única víctima superviviente (que lo único que pudo distinguir de su asaltante es que era afroamericano y tenía un tatuaje del ejército en su brazo izquierdo), tirando de sus contactos, escuchando lo que se cuenta en la calle y confiando en sus instintos. El candidato más probable resulta ser Walter "Black Dawg" Reed, un matón semi-retirado que trabajaba para Lucius Johnson en sus comienzos, cuando este era poco más que un camello callejero. Black Dawg tiene fama de ser un verdadero monstruo y cuenta con amigos en el cuerpo de policía que podrían haberle cubierto durante la mayor parte de la investigación. Los personajes desde luego quedarían como unos héroes si se encargasen de él ¿pero se arriesgarían a ir a por un socio de Johnson sin el permiso del gran negro? Incluso si la respuesta es sí, Black Dawg está realmente pirado y no será presa fácil. Lo peor además es que su forma de defenderse será atacar a los personajes dónde son más vulnerables (acosando o amenazando a sus novias, madres, hermanas, etc.).
Defendiendo el barrio: Un asesino semejante al de la citada noticia lleva dos décadas operando en Inglewood, zona que ha sido tradicionalmente territorio de bandas. Sus víctimas han sido en su mayoría mujeres afroamericanas del barrios, y en el barrio, se cree que si el psicópata lleva tanto tiempo en libertad se debe a que al LAPD le importa más bien poco que un pirado ande cargándose a unas cuantas "hermanas". Por todo ello, la banda de los jugadores decide que es resolver la situación y ganarse algo de respeto. Para ello tendrán que investigar y resolver las cosas al estilo de la calle: confiando en el testimonio de la única víctima superviviente (que lo único que pudo distinguir de su asaltante es que era afroamericano y tenía un tatuaje del ejército en su brazo izquierdo), tirando de sus contactos, escuchando lo que se cuenta en la calle y confiando en sus instintos. El candidato más probable resulta ser Walter "Black Dawg" Reed, un matón semi-retirado que trabajaba para Lucius Johnson en sus comienzos, cuando este era poco más que un camello callejero. Black Dawg tiene fama de ser un verdadero monstruo y cuenta con amigos en el cuerpo de policía que podrían haberle cubierto durante la mayor parte de la investigación. Los personajes desde luego quedarían como unos héroes si se encargasen de él ¿pero se arriesgarían a ir a por un socio de Johnson sin el permiso del gran negro? Incluso si la respuesta es sí, Black Dawg está realmente pirado y no será presa fácil. Lo peor además es que su forma de defenderse será atacar a los personajes dónde son más vulnerables (acosando o amenazando a sus novias, madres, hermanas, etc.).
Otra forma de aprovechar este gancho es que los jugadores sean miembros de una unidad especializada en bandas del LAPD (al estilo del equipo de asalto de The Shield), y tengan que lidiar de pronto además de con un asesino en serie en su zona, con todo el caos que su presencia desata en el mundo de las bandas callejeras: linchamientos de personas corrientes por parte de las bandas solo porque conducían el mismo coche que supuestamente usa el asesino, la posibilidad de que se desate una guerra porque bloods y crips se acusen mutuamente de cometer los asesinatos, etc.
La misma caza, generación tras generación: Los personajes son policías. El padre (o tío) de uno de ellos fue uno de los agentes que participaron en la investigación de una serie de asesinatos cometidos en la zona de Inglewood a finales de los ochenta. Estuvo años tras la pista, pero un día el asesino dejó de matar (o empezó a operar más discretamente) y la investigación fue perdiendo prioridad hasta quedar enterrada por otras más urgentes. Con todo, el caso dejó una herida psicológica muy profunda en el padre del personaje, y puede que incluso fuera una de las razones que llevasen a su hijo a entrar en el cuerpo.
Finalmente, este mismo año un asesino que utiliza exactamente el mismo arma y modus operandi comete un nuevo crimen. El padre del personaje ya se ha jubilado pero al enterarse de que el psicópata ha vuelto a las andadas, decide ayudar como mejor sabe: investigando por su cuenta. Para colmo de males el responsable de la investigación, el Detective Martin, es un veterano que se niega a colaborar con el FBI y no soporta que nadie se meta en su terreno (incluído el padre del protagonista). Martin fue el responsable de la investigación en el pasado y pese a su falta de efectividad al cerrar en caso, con sus años tiene unos amigos muy influyentes en el LAPD y sus superiores parecen confiar en él.
Con todo, la noticia estalla en los medios de comunicación, y el Jefe de Policía Hawk en persona comienza (presionado por el Alcalde) a interesarse por la marcha de la investigación, ordenando que se asignen nuevos agentes al caso (como los personajes). A partir de aquí la historia puede convertirse en una lenta y meticulosa investigación en la que se narre la miseria de algunos de los barrios más pobres del sur de Los Ángeles y la terrible incompetencia que parece rodear al departamento de policía de la ciudad, o un frenético thriller de psicópatas en el que el asesino se va volviendo cada vez más violento y va dejando pistas a la policía. En este último caso sería divertido que el clímax tuviese lugar en uno de los rodajes de Baxter, una serie de televisión que narra las aventuras de un carismático asesino, y que aunque se supone que sucede en Miami, se rueda en Long Beach. Con Martin, el padre del personaje, el asesino de verdad, y un montón de estrellas de la televisión la tragedia está servida.
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