- Por Juan Pablo Fernández y Pedro Nieto
Embaucador
- Nombre: Badis ibn-Mustafa
- Reino: Reino de Granada
- Grupo étnico: Árabe
- Posición social: Ciudadano
- Profesión: Embaucador
- Profesión paterna: Cómico
- Situación familiar: Padres vivos. Sin hermanos.
- Edad: 18 años
FUE: 10 Altura: 1,70 varas
AGI: 15 Peso: 150 libras
HAB: 15 RR: 75%
RES: 20 IRR: 25%
PER: 15 Suerte: 40
COM: 15 Templanza: 46%
CUL: 10 Aspecto: 21 (Hermoso)
Competencias: Comerciar 45%, Conducir Carro 45%, Elocuencia 65%, Empatía 45%; Correr 35%, Disfrazarse 60%, Escamotear 35%, Cuchillos 35%, Degustar 40%.
Hechizos: Carece.
Rituales de Fe: Carece.
Rasgos de Carácter:
- Gourmet
Badis es un muchacho de aspecto robusto que viaja de pueblo en pueblo en busca de clientes para sus remedios milagrosos. Se hace pasar por un reputado y serio alquimista que ha encontrado una fórmula milagrosa para calmar los dolores y curar las enfermedades, e interpreta tan bien su papel que la gente le cree y cae víctima de su engaño. Y es que Badis viene de familia de cómicos y aprendió bien de su padre en sus años mozos. Entre sus dotes de dramaturgo y su pico de oro saca lo suficiente para tener bien contento su paladar y su estómago, y no es cosa fácil, que el señorito no come cualquier cosa, pues gusta de paladear los mejores manjares de la región. Acostumbrado a la vida itinerante, pues así vivía con la compañía de cómicos a la que pertenecen sus padres, ha visitado ya, a su temprana edad, un sinfín de pueblos del reino nazarí. Su “oficio” surgió de manera fortuita, cuando se dispuso a improvisar un personaje en mitad de una actuación mientras los demás resolvían unos problemas que habían surgido (concretamente, el problema era el músico encargado del laúd, que en vez de tocar estaba borracho y en la cama de una tusona). El personaje elegido fue un viejo alquimista que tenía la fórmula de la panacea universal, y tan gran actuación llevó a cabo, que los espectadores creyeron que el personaje era real. Badis aprovechó para vender algunos frascos (que sólo contenían agua, a la que añadió un poco de sal) y quiso repetir en el siguiente pueblo al que viajaron, pero esta vez se descubrió el fraude y la compañía tuvo que poner pies en polvorosa. Tras varias discusiones entre él y los demás miembros, acordaron que debían seguir caminos diferentes. Desde entonces, Badis ha sabido sacar buen partido de sus conocimientos, y piensa seguir haciéndolo.
Escriba
- Nombre: João Paulo Fernandes
- Reino: Reino de Portugal
- Grupo étnico: Portugués
- Posición social: Burguesía
- Profesión: Escriba
- Profesión paterna: Médico
- Situación familiar: Padres vivos. 1º de 3 hermanos (derecho a herencia)
- Edad: 26 años
FUE: 5 Altura: 1,74 varas
AGI: 10 Peso: 110 libras
HAB: 10 RR: 75%
RES: 10 IRR: 25%
PER: 15 Suerte: 55
COM: 15 Templanza: 40%
CUL: 20 Aspecto: 13 (Normal)
Competencias: Comerciar 45%, Idioma (Latín) 70%, Leer y escribir 90%, Memoria 45%; Elocuencia 20%, Empatía 35%, Enseñar 55%
Hechizos: Carece.
Rituales de Fe: Carece.
Rasgos de Carácter:
- Odia el combate (-25% a todas las competencias de armas)
- Extremadamente débil
- Confiado
- Tímido y reservado
João es un erudito que vive en la corte de Lisboa, como maestro y consejero personal del hijo de un noble señor que se ha trasladado allí para intentar ganarse los favores del rey. Pasó su infancia acompañando a su padre a las guerras a las que acudía su señor, pues era su médico personal. Ha visto tanta sangre, tantas heridas y tan terribles en el campo de batalla, que desde muy pronto se prometió a sí mismo que jamás empuñaría un arma. Su distracción eran los libros que portaba su padre, que le permitían evadirse temporalmente de la terrible realidad en la que vivía, y tanto apego les llegó a tener que llegó un momento en que era incapaz de vivir sin un libro en sus manos. Concluido el periodo de guerra, pidió permiso a su padre para viajar a un monasterio, donde adquirió aún más conocimientos y cultura, y volvió convertido en todo un erudito. Su fama de sabio le hizo merecedor de ser nombrado preceptor del hijo de su señor, y hasta hoy ha volcado sus esfuerzos en convertirle en un hombre de bien… esfuerzos que muchas veces son en vano, pues es su pupilo un muchacho con vocación de empuñar armas y que gusta de resolver sus diferencias más con la fuerza que con las palabras. Sin embargo, a pesar de la diferencia de caracteres, ambos se guardan afecto y se protegen mutuamente. João ha tenido la cabeza metida entre los libros durante toda su vida y, cuando ha llegado la hora de enfrentarse al mundo, ha descubierto que tiene mucho que aprender sobre el carácter de los hombres y su maldad.
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