- Por Juan Pablo Fernández y Pedro Nieto
Siervo de corte
- Nombre: Jordi Castroverde
- Reino: Corona de Aragón
- Grupo étnico: Catalán
- Posición social: Campesino –gleba
- Profesión: Siervo de corte
- Profesión paterna: Escriba
- Situación familiar: Huérfano de padre
- Edad: 23
FUE: 15 Altura: 1,90 varas
AGI: 10 Peso: 185 libras
HAB: 20 RR: 50%
RES: 20 IRR: 50%
PER: 10 Suerte: 35
COM: 15 Templanza: 48%
CUL: 10 Aspecto: 14 (Normal)
Competencias: Artesanía (cocinar) 90%, Comerciar 60%, Conducir carro 60%, Conocimiento vegetal 30%, Degustar 45%, Enseñar 40%, Idioma Catalán 100%, Idioma Castellano 40%, Leyendas 35%, Sigilo 45%, Trepar -10%, Cuchillos 40%.
Hechizos: Carece.
Rituales de Fe: Carece.
Rasgos de Carácter:
- Estudioso de leyendas
- Vértigo
- Pedagogo
La familia de Jordi siempre ha estado ligada al recientemente reconocido condado de Cardona, en la comarca del Bages, Barcelona. Que se sepa, sus servicios a la familia se remontan hasta el bisabuelo del actual conde de Cardona, Ramón Folc V de Cardona.
Jordi aprendió a manejarse desde bien joven en las cocinas del castillo, los pucheros, las sítulas, las pateras, cucharones y ollas no tienen secretos para él. Su cocina es muy apreciada por su señor Hug II de Cardona que no duda en enviarlo con su carro, y escoltado, hasta los mercados locales en busca de los mejores productos, gracias a ello, y al poder adquisitivo de la noble familia a la que sirve, Jordi trata con mercaderes que le traen productos de allende el mar. Así ha aprendido a usar la leche de almendrao el agua de rosas, a recoger setas y cocinarlas, a preparar las gachas, las carnes asadas, las picadas con almendra, avellanas y nueces, y ha conseguido alimentos más distantes y de gran calidad como la pimienta, los nabos, los espárragos traídos por los árabes, los ajos, las judías, los garbanzos que llegan por mar desde Turquía, las zanahorias, las habas, los pésols de Llavaneres, la ceba de Figueres, etc.
Ha aprendido a comerciar y tratar con mercaderes de todas las religiones y colores, es buen regateador y, cuando se emplea a fondo en discutir un precio, suele salirse con la suya.
Jordi disfruta en su cocina, y trabaja mientras silba alguna tonadilla desplazando su cuerpo de punta a punta de la cocina con gracia sorprendente. Es alto y ancho, patizambo más bien, muy blanco de piel que enseguida queda de color sonrosado tirando a rojizo cuando le toca el sol, o cuando se quema las manos o los dedos guisando. Y es que es raro verlo sin alguna quemadura o corte debido a su oficio.
Aun y así, no es únicamente con la cocina con lo que disfruta, ya que es un enamorado de las leyendas y las historias cuanto más misteriosas mejor. Le entusiasman las fábulas que llegan de las naves con las que comercia, y entre compra y compra, y siempre que la historia lo valga, saca un rato para tomar un trago con su vendedor mientras se deja fascinar por cualquier relato que hable de inmensas criaturas marítimas que parecen islas, cuevas con tesoros fantásticos protegidos por formidables criaturas y desiertos donde aparecen palacios de cristal y oro.
Soldado
- Nombre: Hernando de Castro
- Reino: Corona de Castilla
- Grupo étnico: Castellano
- Posición social: Burguesía
- Profesión: Soldado
- Profesión paterna: Médico
- Situación familiar: Padres vivos
- Edad: 30
FUE: 20 Altura: 1,78 varas
AGI: 15 Peso: 160 libras
HAB: 20 RR: 53%
RES: 20 IRR: 47%
PER: 15 Suerte: 25
COM: 5 Templanza: 63%
CUL: 5 Aspecto: 13 (Normal)
Competencias: Cabalgar 55%, Correr -10%, Descubrir 30%, Escuchar 40%, Esquivar 45%, Idioma Castellano 100%, Mando 30%, Sanar 45%, Sigilo 45%, Trepar 30%, Mazas 75%, Ballestas 45%, Pelea 30%, Escudos 75%.
Hechizos: Carece.
Rituales de Fe: Carece.
Rasgos de Carácter:
- Cojo
- Sodomita
- Oído sensible
- Acostumbrado a mandar
En casa había hambrey las pocas monedas que entraban no daban para llenar las escudillas de los seis hermanos que eran, aparte claro, de padre y madre. Así que Hernando decidió entrar a formar parte de la milicia del señor de sus tierras, Canals en Aragón. Hernando y tres hermanos suyos se pusieron al servicio de don Gregorio, fueron instruidos en las armas, se les adoctrinó en la disciplina de la milicia y acabaron haciendo guardias y recorriendo los adarves oteando el horizonte. La paga no era mala del todo, pero lo mejor eran las dos comidas calientes diarias. Hernando conoció a otros soldados, con los que recorrió el río Cáñoles y el río de los Santos en patrullas atentas al moro. En una de ellas, acampados durante la noche, gracias a su fino oído pudo avisar a tiempo de un ataque de un grupo de emboscados que finalmente fueron rechazados. Su acción le valió una recomendación y se dispuso hombres a su mando.
Pero Hernando tiene un secreto muy peligroso, y es que es un sodomita, inclinación sexual muy peligrosa para la época, ya que estaba castigada con la hoguera. Así, mientras observaba lascivamente a algunos de sus compañeros de milicia cuando éstos se aseaban, se vio descubierto por otro que del mismo modo actuaba. De esta forma tan casual conoció a Ferran, otro soldado de idénticas inclinaciones con el que compartió más que palabras durante una breve época. Pero Hernando no quería que sus dos hermanos, también en la milicia, se enteraran de su sexualidad, así que abandonó el castillo en busca de fortuna, lejos de familia y amigos.
En ruta a Valencia por el camino real, se juntó con otros viajeros y decidió unirse a ellos, pues era mejor viajar en compañía que solo por esas tierras diezmadas por una epidemia de peste diez años atrás. Que uno nunca sabe qué puede encontrarse, desde bandidos, hasta fieras salvajes.Con lo que no contaba era con aparecer en medio de Dissort, una aldea que en tiempos fue próspera y rica, pero sus habitantes no eran buena gente y un buen día el Diablo se los llevó.
Allí, atrapado en la maldición de la aldea, tuvo que combatir con sus compañeros de viaje para salvar su vida, tuvo tiempo de atar y abusar de un inocente muchacho asegurándole que la maldición que caía sobre la aldea él la rompería.Fue perseguido y en su huida trepó a un muro para evitar ser acuchillado, pero le apedrearon y cayó con tan mala fortuna que su pie sufrió daños quedando cojo para los restos.
Finalmente lograron escapar, tanto él como sus compañeros, manteniendo su pellejo y su secreto a salvo, y continuó su viaje con el único propósito de sobrevivir a cualquier precio.
Según dicen, actualmente se encuentra al servicio de un despótico barón allá en Castilla. Hernando baja de vez en cuando al pueblo a cobrar los impuestos con otros soldados y se encarga de que todos guarden el debido respeto al barón y, de vez en cuando, retiene a algún joven y apuesto muchacho para satisfacer sus necesidades.
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