“El viento aullaba con fiereza en la noche sin luna, bailando entre los árboles del campo desconocido. Es en estos momentos de soledad cuando el hombre recuerda su fragilidad frente a la tenebrosa nocturnidad, sin poder dejar de reprimir el escalofrío que recorre la espalda al pensar simplemente en aquello que habita en la oscuridad y nos observa con curiosa voracidad.”
Personajes recomendados: de cualquier tipo, aunque alguno que fuese de la región vendría bien para darle mayor dramatismo.
Un grupo de personajes viajando al anochecer por aislados parajes agrestes se topa con una pequeña aldea. Cercada por un muro de piedra, su única entrada destaca por una tosca estatua de una divinidad desconocida pero de aspecto feroz y gran tamaño. Asemeja un animal, quizás un león o un lobo. Los personajes están sorprendidos pues la información que tenían respecto a la región no advertía de la presencia de esta aldea. Ningún sonido parece brotar del lugar. Solo el aullante viento.
Al adentrarse comprueban que está deshabitada, pero inquieta el que aún humeen las chimeneas, algunos calderos al fuego emiten su vapor con variadas comidas en su interior. Ni un alma, pero sí algunos animales en sus corrales y rediles… Súbitamente apagados lloriqueos de bebé rompen el inquietante silencio. Los personajes al buscar encuentran en el pozo un niño oculto en el cubo suspendido en su interior. Al alzarlo podrán comprobar que está en perfecto estado.
De pronto, la cacofonía inunda el pueblo, una multitud armada con aperos de labranza y antorchas para iluminar la noche se adentra corriendo, algunos con heridas visibles. Muchos se sorprenden al ver en el lugar a los personajes, otros simplemente les ignoran. Unos pocos les rodean con aire amenazador.
Un anciano se acerca y les pregunta quienes son y qué hacen allí. Parece un hombre razonable. Si los personajes son coherentes les explicará que deben ser hombres con muy poca suerte pues el Hades parece haberse desatado en el lugar. “Algo” les está atacando, aunque no saben el qué pues se mueve amparado en la noche. Muchas mujeres han desaparecido, así como niños. Las huellas que deja parecen de serpientes enroscadas entre si.
La noche comienza en Arcana Mvndi y el ser que habita en la noche tiene extraños apetitos. Los aldeanos no saben que hacer salvo defenderse de forma tosca y errática. Quizás los personajes puedan organizarlos un poco. Si comentan lo del niño, el anciano les asegurará que deben estar de broma, pues el bebé no pertenece al pueblo…
Ornatus: bruma, noche de luna nueva, algún aldeano culpa a los recién llegados del problema, alguien sugiere un sacrificio humano, el niño actúa de forma extraña, la estatua de la entrada desaparece, también es posible que todo sea causa de unos salteadores o que un aldeano organice el asunto por alguna rara razón…
Personajes recomendados: de cualquier tipo, aunque alguno que fuese de la región vendría bien para darle mayor dramatismo.
Un grupo de personajes viajando al anochecer por aislados parajes agrestes se topa con una pequeña aldea. Cercada por un muro de piedra, su única entrada destaca por una tosca estatua de una divinidad desconocida pero de aspecto feroz y gran tamaño. Asemeja un animal, quizás un león o un lobo. Los personajes están sorprendidos pues la información que tenían respecto a la región no advertía de la presencia de esta aldea. Ningún sonido parece brotar del lugar. Solo el aullante viento.
Al adentrarse comprueban que está deshabitada, pero inquieta el que aún humeen las chimeneas, algunos calderos al fuego emiten su vapor con variadas comidas en su interior. Ni un alma, pero sí algunos animales en sus corrales y rediles… Súbitamente apagados lloriqueos de bebé rompen el inquietante silencio. Los personajes al buscar encuentran en el pozo un niño oculto en el cubo suspendido en su interior. Al alzarlo podrán comprobar que está en perfecto estado.
De pronto, la cacofonía inunda el pueblo, una multitud armada con aperos de labranza y antorchas para iluminar la noche se adentra corriendo, algunos con heridas visibles. Muchos se sorprenden al ver en el lugar a los personajes, otros simplemente les ignoran. Unos pocos les rodean con aire amenazador.
Un anciano se acerca y les pregunta quienes son y qué hacen allí. Parece un hombre razonable. Si los personajes son coherentes les explicará que deben ser hombres con muy poca suerte pues el Hades parece haberse desatado en el lugar. “Algo” les está atacando, aunque no saben el qué pues se mueve amparado en la noche. Muchas mujeres han desaparecido, así como niños. Las huellas que deja parecen de serpientes enroscadas entre si.
La noche comienza en Arcana Mvndi y el ser que habita en la noche tiene extraños apetitos. Los aldeanos no saben que hacer salvo defenderse de forma tosca y errática. Quizás los personajes puedan organizarlos un poco. Si comentan lo del niño, el anciano les asegurará que deben estar de broma, pues el bebé no pertenece al pueblo…
Ornatus: bruma, noche de luna nueva, algún aldeano culpa a los recién llegados del problema, alguien sugiere un sacrificio humano, el niño actúa de forma extraña, la estatua de la entrada desaparece, también es posible que todo sea causa de unos salteadores o que un aldeano organice el asunto por alguna rara razón…
2 comentarios:
Esta buena la idea, parece ideal para una aventura introductorio llevando legionarios o gente errante.
Ave
Esa es la idea. Se trata de una rara situación pero no muy compleja… o si. Depende de cómo quiera desarrollarla el Iniciador. A veces las aventuras más sencillas son las mejores. Puede aprovecharse incluso como “entremés” en mitad de una campaña o aventura larga.
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