En 1977, el gobierno crea la División Antivigilantes, dedicada a reunir pruebas contra los enmascarados, revelar sus identidades y capturarlos. Los esfuerzos de la división son, en general, infructuosos y solo logran pequeños éxitos contra vigilantes de segunda categoría. Los medios de comunicación y los ciudadanos de a pie apoyan abiertamente a los justicieros y la división se ve obligada a cambiar su estrategia. En 1978 aparece el primer vigilante con apoyo gubernamental: Adalid, el héroe americano.
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Polecat, Adalid, Horus, Sentencia, Iris y Deux Irae (documentación gráfica de Borja Pindado)
Aunque el Centinela no parece aprobar las actividades de los demás vigilantes de su ciudad, tampoco se opone abiertamente y colabora con ellos en agunas ocasiones. Por ejemplo en 1982, el Centinela, junto con Adalid, Polecat, Horus y Deux Irae frustran un complejo plan del Doctor Fatos para envenenar con una toxina nerviosa todo el agua de Betlam City.
Sin embargo, la popularidad de los vigilantes se va como vino, y a mediados de los 80 la opinión pública no hace más que vertir tinta contra ellos. La gente no quiere ya vengadores disfrazados haciendo el trabajo de la policía y varios escándalos que involucran a algunos justicieros más bien "disolutos" minan la imagen del resto.
En 1988 Adalid se ve envuelto en un escándalo de pederastia y consumo de drogas cuando salen a luz grabaciones y fotografías suyas muy comprometedoras. Unos días después le encuentran con un disparo en la cabeza y una pistola aún caliente en la mano. Su muerte destapa unos documentos que había dispuesto como seguro de vida por si le pasaba algo que revelan que sus actividades como Adalid (al menos los primeros años) eran una farsa publicitaria urdida por la división antivigilantes. Los teóricos de la consipiración se frotan las manos, pero para la mayoría de la gente solo es otro escabroso asunto en la historia de los justicieros. La sociedad necesita pasar página y en los meses siguientes casi todos los vigilantes cuelgan el disfraz.
En 1991, Sentencia, el último vigilante en activo (sin contar al Centinela) desaparece sin dejar rastro. La hora de los vigilantes ha pasado, la ciudad pertenece por completo de nuevo al Centinela.
3 comentarios:
Se que lo he dicho muchas veces... pero os odio. xDDD
Con todo el cariño del mundo... pero os odio... xDDD
¡¡Qué ganas de que salga!!
Moola.
El jamón en el plato, copón!, que nos estais poniendo los dientes largos!.
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