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lunes, 16 de mayo de 2011

Personajes pregenerados de Aquelarre (1)

- Por Juan Pablo Fernández y Pedro Nieto

Iniciamos esta serie de 22 entregas gracias a las cuales dispondréis de 44 personajes pregenerados para vuestras partidas de Aquelarre.

Alguacil
  • Nombre: Pedro Puñadas
  • Reino: Corona de Castilla
  • Grupo étnico: Castellano
  • Posición social: Burguesía
  • Profesión: Alguacil
  • Profesión paterna: Comerciante
  • Situación familiar: Bastardo (natural). Sin hermanos.
  • Edad: 20 años
FUE: 15 Altura: 1,70 varas
AGI: 15 Peso: 150 libras
HAB: 20 RR: 75%
RES: 15 IRR: 25%
PER: 15 Suerte: 35
COM: 10 Templanza: 61%
CUL: 10 Aspecto: 10 (Mediocre)

Competencias: Conocimiento del área (Córdoba) 50%, Correr 45%, Escuchar 50%, Lanzas 65%, Descubrir 35%, Sigilo 30%, Cuchillos 45%, Idioma Árabe 25%, Pelea 40%.

Hechizos: Carece.

Rituales de Fe: Carece.

Rasgos de Carácter:
  • Desprecia los que no son como él.
  • Delicado y frágil.
  • Marrullero y camorrista.
Pedro es hijo de una barragana de Córdoba y de un mercader mozárabe de paños que solía hacer una parada en la ciudad en sus viajes por el sur de Castilla. Gustaba de amancebarse con Juana, y ésta le dio una sorpresa al año siguiente de una de sus fogosas visitas a su lecho. Desde entonces, el mercader le pasaba dinero para que pudiera criar a su hijo holgadamente, pero Juana resultó ser una manirrota que no dejaba sano ni un solo maravedí, descuidando a su hijo, que tuvo que crecer en la calle, aprendiendo por su cuenta a enfrentarse a la vida. Falto del amor de una madre, le dio por andar buscando camorra, y como era de natural delicado, para llevarse menos golpes, se unió a un grupo de jovenzuelos con los que la emprendía contra los niños de otros barrios. Harta de recibir las quejas de vecinos y alguaciles sobre su hijo, Juana le obligó a irse con su padre cuando contaba 12 años, aprovechando una de sus visitas. Así, Pedro pasó una temporada en Granada, en la que tuvo tiempo de aprender algo de árabe, y estuvo viajando con su padre hasta que éste, deseoso de quitárselo de encima, movió algunos hilos para que le dieran un oficio como alguacil en Córdoba. El oficial que le enseñó el oficio de las armas odiaba a los moros y a los judíos, y esto, unido al desprecio que percibía de las personas pertenecientes a ambas etnias cuando estuvo en Granada, le ha conducido a sentir odio por todo el que no sea cristiano y castellano como él.

Almogávar
  • Nombre: “Fray” Ponze
  • Reino: Corona de Aragón
  • Grupo étnico: Aragonés
  • Posición social: Campesino
  • Profesión: Almogávar
  • Profesión paterna: Monje
  • Situación familiar: Bastardo (fornecino). Sin hermanos.
  • Edad: 18 años
FUE: 15 Altura: 1,80 varas
AGI: 20 Peso: 160 libras
HAB: 20 RR: 75%
RES: 15 IRR: 25%
PER: 10 Suerte: 30
COM: 10 Templanza: 52%
CUL: 10 Aspecto: 9 (Mediocre)

Competencias: Sigilo 60%, Escudos 60%, Esquivar 35%, Hachas 70%, Cuchillos 40%, Descubrir 40%, Tormento 45%, Hondas 25%, Leer y escribir 35%, Leyendas 35%.

Hechizos: Carece.

Rituales de Fe: Carece.

Rasgos de Carácter:
  • Dificultad para coordinar sus movimientos
  • Estudioso de las leyendas
La historia de Ponze es bastante singular. Sus padres eran monjes; él vivía en el monasterio de San Juan de la Peña y ella, en el cercano monasterio de Santa Cruz de la Serós. Ambos tenían encuentros ocasionales y se amaban en secreto, hasta que pasó lo que tenía que pasar, y ella se quedó preñada. Arrepentidos por su pecaminosa conducta y preocupados por el futuro de la criatura, acordaron no volver a verse jamás y abandonar al niño cerca del monasterio de San Juan de la Peña, para que fuera recogido como un expósito. Así ocurrió, y Ponze fue criado por su padre en el monasterio sin saber que era su hijo. Pero su increíble parecido con él estaba dando mucho de qué hablar entre la comunidad y cuando Ponze contaba trece años comenzó a sospechar, hasta que finalmente su padre tuvo que confesárselo todo. Horrorizado al descubrir por qué se rumoreaba tanto sobre él, y deseoso de huir de dedos acusadores y de su padre, al que empezó a odiar desde aquel momento, Ponze escapó del monasterio para no volver. En su huida, topó con un grupo de desarrapados que vivían de los saqueos y, sin saber por qué, le cayó bien a su jefe (más tarde descubriría que la historia de ese hombre era muy parecida a la suya). Así que le acogieron entre ellos y le enseñaron bien a defenderse con el hacha y a usar el escudo, llamándole cariñosamente “fray” Ponze por el hábito que vestía. Pero durante su periodo de aprendizaje recibió un fuerte golpe en la cabeza y, desde entonces, empezó a encontrar difícil coordinar sus movimientos. Gracias a sus años en el monasterio, Ponze es el único del grupo capaz de leer y escribir. Además, en el monasterio le cogió afición a los libros sobre cuentos y leyendas, y siempre gusta de escucharlas allá donde va.

1 comentario:

Albert Tarrés dijo...

Celebro ver como empiezan las entradas con material pensado para el nuevo manual de Aquelarre.
Gracias Juan Pablo y Pedro.