Esta idea surgió en una partida en la que trate de innovar y como por la noche todos los gatos son pardos se me ocurrió que el mago Rudesindus aplicara una idea que le rondaba la cabeza y en la que pide “voluntarios” para organizar un turno de noche.
Las tareas que se encomendaran son: limpiar los tejados de excrementos de murciélagos mientras estos deambulan en sus quehaceres nocturnos, cazar luciérnagas en el exterior para un experimento, preparar el desayuno y despertarle a una hora indicada, aparte de algunas tareas básicas a discreción del Amo de la Torre. Las últimas palabras del mago antes de acostarse serán:
-¡No quiero ningún ruido! ¿Entendido?
La mayor particularidad del turno de noche es que todo el mundo duerme incluido Rudesindus, este simple hecho añade mayor dificultad a las tareas más cotidianas que hay que hacerlas en silencio y casi a oscuras. Algunos eventos e ideas para una larga noche pueden ser:
- Lutines sonámbulos que deambulan por la torre creando algún que otro problema.
- El portador de la campana duerme y la tiene descuidada, esta es una fuente de ruido.
- En algún momento Rudesindus se despertara y esto es idóneo para poder jugar “Explícaselo a Rudesindus” pero ahora llamado “El (mal) despertar de Rudesindus”.
- La princesa pedirá que le canten una canción de cuna o gritara como nunca lo ha hecho.
- La oscuridad y los ruidos tienen que ser lo que más desesperen a los lutines lo largo de la noche.
- Los murciélagos. Son rápidos pero asustadizos. Son expertos en morder, volar y orientarse. Son diminutos.
- La última tarea es despertar al mago, si todo sale a pedir de boca el turno de noche quedara instaurado.
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