Fabricada supuestamente según los diseños que dibujó el propio Gustavo Adolfo Bécquer tras una noche perdido en un claro faérico, la brújula es aparentemente un pequeño reloj solar de latón, de bolsillo, con cadena y todo. Su aspecto, aunque cuidado y pulcro, no llama demasiado la
atención excepto para aquellos que conocen sus poderes.

Aunque se supone que hay planos y esquemas para crear este tesoro, lo cierto es que no hay más que un puñado de ellos en poder de la Sociedad de Cuentacuentos. Mejor así, el mero hecho de crear en serie objetos con poder mágico atenta contra los principios de la magia y terminaría por hacerlos enteramente mundanos.
3 comentarios:
Muy chulo el post...!!! :D Quien tuviera uno :)
El reloj de la foto me lo regalaron el otro día, de ahí el post...
Pues es brutal ^.^...!!!
Yo tengo que conformarme con uno que me regalaron hace unos años con uno de bolsillo que se le ve todo el mecanismo interno... Muy chulo, pero no es esta virguería :D
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