La brújula lunar es un ejemplo de tesoro para el don del mismo nombre descrito en la Guía de Campo de Fábulas.
Fabricada supuestamente según los diseños que dibujó el propio Gustavo Adolfo Bécquer tras una noche perdido en un claro faérico, la brújula es aparentemente un pequeño reloj solar de latón, de bolsillo, con cadena y todo. Su aspecto, aunque cuidado y pulcro, no llama demasiado la
atención excepto para aquellos que conocen sus poderes.
Usado en las noches de luna llena, y con una tirada de Inocencia de dificultad Normal, este reloj de sol puede ser usado para marcar con un breve destello de rayos de luna sobre el dial la dirección hacia la ínsula más cercana. Sólo indica la dirección, no la distancia, lo que suele ser un problema para localizar sitios muy lejanos. Si la tirada falla, o bien no hay una lectura clara o bien la dirección que el portador cree percibir no le conduce a ninguna ínsula. Usado de día también sirve como reloj solar, claro.
Aunque se supone que hay planos y esquemas para crear este tesoro, lo cierto es que no hay más que un puñado de ellos en poder de la Sociedad de Cuentacuentos. Mejor así, el mero hecho de crear en serie objetos con poder mágico atenta contra los principios de la magia y terminaría por hacerlos enteramente mundanos.
3 comentarios:
Muy chulo el post...!!! :D Quien tuviera uno :)
El reloj de la foto me lo regalaron el otro día, de ahí el post...
Pues es brutal ^.^...!!!
Yo tengo que conformarme con uno que me regalaron hace unos años con uno de bolsillo que se le ve todo el mecanismo interno... Muy chulo, pero no es esta virguería :D
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